Las pequeñas esferas de leche fermentada, conocidas como qurut, han estado presentes en la dieta de los habitantes de Asia central desde hace siglos.
Se utilizan como aperitivo o para aderezar ensaladas, sopas y guisos. Su origen se remonta a las estepas de Asia, donde se secaba la leche fermentada para conservarla durante los desplazamientos de los pueblos nómadas.
Hoy en día, el qurut sigue siendo parte importante de la cultura gastronómica de la región, utilizándose en platos tradicionales y como aperitivo. Su forma, tamaño y sabor varían dependiendo de cómo se haya elaborado.
Se puede encontrar en mercados, tiendas e incluso en gasolineras. Su versatilidad culinaria ha sido destacada por exploradores y escritores, y se han creado recetas que incluyen este ingrediente.