La nutria de río (Lontra longicaudis) es una especie solitaria y nocturna, está bajo la categoría vulnerable (VU) para Colombia según resolución 1912 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y en el mundo de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está catalogada como casi amenazada, lo cual la convierte en objeto de conservación en el departamento del Meta.
Este ejemplar tiene una amplia distribución geográfica que abarca desde el noroeste de México hasta el sur de América, incluyendo Colombia, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil y el norte de Argentina. Se localiza desde las tierras bajas hasta los 3.000 msnm.
Entre sus principales amenazas, están los eventos de cacería puntuales generados por acciones de retaliación ocasionados por el ingreso a las producciones acuícolas donde se alimenta de peces, que se extiende en la mayoría de los municipios ubicados en inmediaciones de ecosistemas acuáticos naturales, además, son ornamentos guardados como trofeos de caza y exhibidos en el interior de las viviendas.
De igual forma, los vertimientos de origen urbano, industrial y agropecuario en los ríos, genera cambios en las características físicas, químicas y biológicas en el agua de estos sistemas hídricos, así como las prácticas ganaderas implementadas de manera inadecuada, han acelerado los procesos de cambio de coberturas forestales y erosión, que no garantizar la pervivencia de la nutria en su hábitat natural.