El propósito de la Primera Enmienda es ampliar la definición de familia para incluir “relaciones a largo plazo” fuera del matrimonio y brindar protección a esas uniones. Otra enmienda propone eliminar la referencia obsoleta al papel de la mujer en el hogar, sugiriendo que cuiden de quienes viven bajo el mismo techo que ellas.
De aprobarse, estas dos enmiendas modificarían el artículo 41 de la Carta Magna, que habla del matrimonio como fundamento de la familia, excluyendo otras formas de unión y limitando el papel de las mujeres como esposas y amas de casa. Este documento fue redactado hace casi un siglo, cuando la rama puritana de la iglesia irlandesa dominaba la vida pública y privada.
Los principales partidos políticos irlandeses apoyan estas modificaciones y hasta ahora los sondeos predicen una aprobación fácil, pese a que se anuncia una débil participación. Sin embargo, la formulación vaga de las enmiendas ha suscitado críticas estos últimos días, y el primer ministro de centroderecha, Leo Varadkar, admitió que la victoria del “Sí” no estaba asegurada para las dos.
“Nadie sabe exactamente qué es una ‘relación duradera’, mientras que todo el mundo sabe exactamente qué es un matrimonio”, critica David Quinn, fundador del Instituto Iona, un grupo que defiende los intereses de la comunidad catlica. “Muchas personas votarán ‘No’ debido a la confusión provocada y a la desaparición de las palabras”mujer ” y”madre ” del texto, afirmó Quinn.
Personas cercanas a la extrema derecha han planteado la amenaza de relaciones polígamas o de reunificación familiar de inmigrantes, que, según dicen, podrían verse alentadas por los cambios.