Por estos días las redes sociales se han convertido en parte fundamental de la vida y el desarrollo de las personas, tanto así que permanecemos más apegados a los dispositivos electrónicos de lo que lo hacemos con las personas reales.
Nos afecta en gran medida el hecho de un “me gusta” un “me encanta” o “me desagrada” en las aplicaciones como facebook, instagram, tiktok y demás plataformas que nos han servido para ver el mundo desde otra perspectiva.
Sin embargo los riesgos de confundir lo virtual con la realidad cada día se hacen mayores, hemos visto casos de personas que hasta atentan contra su vida o la de otra persona por sentir celos debido a publicaciones o reacciones de sus parejas en estas mismas redes.
Entonces concluimos que en cierta medida este tipo de circunstancias están afectando de manera desmesurada la salud mental y emocional de la población, en especial joven que dependen de una aprobación en sus redes sociales para continuar con sus vidas.
Se conoce que inicialmente el “like” nació como una forma de fomentar entornos de empatía y bondad frente a las publicaciones, sin embargo la necesidad de generar monetización y aprobación hicieron de este botón un arma poderosa para destruir el amor propio de las personas.
Se dice que algunas industrias han determinado que es una forma de “drogar” mediante la dopamina a los usuarios y de esta manera controlar sus emociones con sistemas de recompensa como lo es el “me gusta” y al sentirse recompensado, aplaudido, reconocido y aceptado se engancha más.
Entonces entre más “likes” tienen, más valor tienes, asociando la cantidad con tener éxito en la sociedad, lo que preocupa a los expertos quienes consideran que creamos una realidad para poder mostrar y muchas veces nos quedamos en ella, así mismo se hace un llamado a los usuarios para que usen las herramientas de una manera más consciente y responsable, y que recuerden que un “like” no los define como persona, simplemente es un botón más en una plataforma digital que nos permite conectarnos empáticamente con el resto del mundo.
